Tras las calles de Dublín
Una joven bella y dulce
Pasea con su gran carro
Vendiendo mejillones.
Ella pese a la típica lluvia
Su fuerza de voluntad
La hacía encaminar su trabajo
Para ganar su jornal.
Por la noche al no ganar
, hizo un cambio radical
Y hizo que hombres gozaran
Por algo más de bienestar.
La pobre mujer joven falleció
Pues la fiebre la partida ganó
Y en las lúgubres calles de Dublín
Ella su camino terminó.
Tras años después
Ella continúa caminando
Por las calles de Dublín.
En la oscuridad la veo sentada
En su carro lleno de marisco
Sola, triste y abandonada.
Dicen que nunca existió
Que su leyenda se perdió
Pues ella era la concha del falso amor
Era mujer de un solo corazón
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